©Mejor con Salud
- La salud en la tercera edad depende en gran medida del estilo de vida. Con una nutrición adecuada, actividad física regular y manteniendo una buena actitud, esta etapa puede ser una de las más provechosas e interesantes de la existencia.
La salud en la tercera edad es un tema que merece un tratamiento completo. El envejecimiento suele traer consigo problemas orgánicos y psicológicos que se presentan de manera diferente en cada individuo. No siempre estos problemas son suficientemente comprendidos o correctamente abordados.
Existe la idea generalizada de que vejez es enfermedad y decrepitud. Esto no tiene necesariamente por qué ser así. Aunque es claro que con los años se van perdiendo habilidades, y hay mayor riesgo de padecer diferentes patologías, la salud en la tercera edad no tiene por qué ser un grave problema.
Uno de los factores decisivos para que se mantenga una relativa buena salud en la tercera edad, y se conserve una buena calidad de vida, son los cuidados y los hábitos. Estos son una herramienta para moderar los efectos del paso del tiempo y generar mayor bienestar.
Los tres cuidados básicos de salud en la tercera edad
Lo primero que se debe decir es que una persona mayor debe tener controles médicos regulares, lo cual no significa reducir su vida a esto. Por otro lado, los cuidados de salud en la tercera edad abarcan tres grandes frentes:
- Nutrición
- Estado físico
- Dimensión psicosocial
La alimentación, como ocurre a todo lo largo de la vida, es un factor fundamental. Alimentarse sanamente y de manera equilibrada es uno de los aspectos clave en la tercera edad. Así mismo, resulta crucial mantener rutinas de actividad física, ya que son determinantes para estar funcionales.
La dimensión psicosocial regula en gran medida la adopción y mantenimiento de los cuidados en esta etapa. Lo ideal es que la persona mayor implemente hábitos de autocuidado, pero esto solo es posible si tiene suficiente motivación y autoconfianza para hacerlo.
La nutrición en la tercera edad
Las personas llegamos a una edad avanzada con hábitos alimenticios que eventualmente debemos cambiar. Las señales de que esto es necesario son tres:
- El intestino muestra cambios, expresados en frecuentes episodios de estreñimiento o diarrea
- El cuerpo comienza a acumular grasa
- Se pierde masa muscular o peso
No es que exista una dieta especial para las personas mayores, sino que durante la tercera edad resulta fundamental comer tan sanamente como deberíamos comer en cualquier etapa de la vida. La única restricción es que haya alguna enfermedad que condicione la alimentación.
Prevención de las caídas
Las caídas son un accidente frecuente en la tercera edad y uno de los factores que más provocan deterioro y dependencia. Por eso es fundamental prevenirlas. Una de las medidas clave para ello es contrarrestar la pérdida de masa muscular mediante actividad física frecuente, especialmente levantando pesas.
Además de esto, resulta conveniente adaptar el entorno a las necesidades de la persona mayor. Esto incluye instalar interruptores cerca de la cama e impedir que transiten por espacios sin luz. También retirar los objetos del piso, fijar los tapetes y facilitar el acceso a los objetos personales. Es importante que la persona mayor use un calzado adecuado.
El cuidado de la piel
La piel de la persona mayor es más seca y frágil, y menos elástica. Lo indicado, en términos generales, es mantener una buena higiene, empleando de preferencia un jabón neutro para la limpieza personal. Usar protector solar y evitar las largas exposiciones al sol es otra recomendación básica. Así mismo, es conveniente usar ropa de algodón y beber dos litros de agua al día.
La piel de las personas mayores que tengan movilidad limitada debe ser objeto de mucha atención. Es importante ayudarles a cambiar de posición frecuentemente, cada dos o tres horas como mucho. También es crucial que la piel de todo el cuerpo se mantenga humectada.
La salud emocional y cognitiva en la tercera edad
La persona mayor, usualmente debe hacer ajustes a su papel frente a la vida y a la sociedad. Para ello debe proponerse objetivos y metas alcanzables, de acuerdo con sus gustos, intereses y necesidades. La inactividad y el aislamiento fácilmente llevan a incubar estados depresivos.
Es importante que se mantenga una vida social activa. En esta etapa quizás sea necesario aprender a pedir y recibir ayuda, sin sentir que esto nos pone en una condición de inferioridad. De la misma manera, participar en actividades para ayudar a los demás suele ser muy saludable.
Hay más de 100 formas de demencia que pueden presentarse en la tercera edad. La mejor manera de prevenirlas es manteniendo una actividad física regular, así como una actividad intelectual constante. No es conveniente consumir tabaco o alcohol. Encontrar la forma de vivir de una manera agradable es el principal antídoto contra los problemas de salud en la tercera edad.